Siendo una urdimbre infinitamente complicada de interrelación, la vida no puede existir sin el sostén del amor. Deseando dar vida a las formas, el amor se expresa en todos los modos de ser. Pero la forma es necesariamente individual y el intelecto discriminador es propenso a tomarla por la realidad última; de ahí nace el concepto de poder. Cuando el intelecto se desarrolla siguiendo su propio curso, embriagado por el éxito conseguido en el campo utilitario de la actividad humana, el poder ataca ciegamente y hace estragos a su alrededor.
TEITARO SUZUKI
1870-1966
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